El asma es una enfermedad crónica, frecuente y potencialmente grave caracterizada por inflamación crónica de las vías respiratorias y la presencia de síntomas como sibilancias, falta de aire, opresión torácica y tos, que varían con el tiempo y en intensidad, junto con una limitación variable del flujo de aire espiratorio.
Es una enfermedad crónica, no transmisible, de mayor prevalencia mundial.
Según estimaciones del año 2016 la padecían 339 millones de personas en todo el mundo según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La mayoría de las muertes causadas por la enfermedad se producen en los países de ingresos bajos y medios bajos, según datos de la OMS.
Su prevalencia varía a nivel mundial entre el 5% y más del 20%. Si bien no está claro por qué algunas personas padecen asma y otras no, probablemente se deba a una combinación de factores ambientales y genéticos.
El asma afecta a todas las edades: es la enfermedad crónica más común de la infancia, la adolescencia y la edad adulta y tiene grandes efectos en el rendimiento escolar y laboral de los pacientes, y en los costos sanitarios. El asma es un serio desafío para la salud pública.
Existen en la República Argentina la cantidad de 4.000.000 pacientes con diagnóstico médico de asma y la cantidad de 2.000.000 de pacientes que padecen asma que carecen de diagnóstico médico y por ende de tratamiento, generándose una cantidad de 15.000 internaciones al año por la falta de control.
Con un tratamiento adecuado y oportuno, los síntomas de asma se pueden controlar y logrando el paciente una buena calidad de vida...